Y bien de vuelta con el blog del mundo
Aussie, llegamos a uno de los puntos más interesantes a la hora de
vivir en otro país: las amistades. Esto que parece trivial no lo es
en absoluto. Para nosotros los españoles parece obvio que culturas
como la asiática o la africana son muy diferentes. Sin embargo,
creemos que los anglosajones, quizás por las similitudes físicas o
por la cercanía geográfica, son parecidos a nosotros. En estos
casos es complicado generalizar, pero esta claro que la cultura
anglosajona es tremendamente diferente a la nuestra. Cuanto antes
tengamos esto claro, antes podremos entablar relación con la gente
Australiana. Y no solo eso, también nos sentiremos más cómodos con
el lenguaje, pues, a fin de cuentas, un idioma no es otra cosa que el
reflejo de la forma de pensar de las personas que lo hablan. Por
poner solo un par de ejemplos donde se ve lo diferentes que somos,
puedo decir que la familia para ellos es importante pero no
fundamental. Un Australiano se puede ir de casa a los 15 años y
hablar con sus padres una vez cada mes. Otro ejemplo de nuestras
diferencias se puede observar en la comida. Para ellos las comidas
son solo un trámite para alimentarse y en ningún caso una
'ceremonia' de incluso horas como puede ser para un español. Cocinar
en casa para amigos es algo muy puntual y solo en casos
excepcionales. Lo común es ir a un restaurante o preparar una
barbacoa. En general, las relaciones personales son un poco frías y
esto puede desconcertar al principio al emigrante latino. Los
Australianos nunca te van a tratar como un hermano a las primeras de
cambio. Probablemente, en ningún caso y la máxima relación que se
consiga es la de unas invitaciones al pub y al estadio de rugby. A un
Australiano no lo llames para ir a tomar una cerveza un día
cualquiera, porque se sorprenderá y te preguntará algo así como
'¿Por qué, es tu cumpleaños?' Todo tiene que tener una razón o un
fin. El quedar para simplemente hablar o para disfrutar de la
compañía de otros, a ellos les resulta extraño. Por eso, no hay
que sentirse despreciado si no encontramos la amabilidad que
buscamos, ni siquiera debemos pensar que es una falta de educación.
Simplemente ellos reaccionan de otra manera, porque su cultura es
así. Hay que ir acercándose poco a poco y siempre teniendo en mente
que hay un máximo de empatía que no podremos sobrepasar. Por otro
lado, quiero comentar que los Australianos son muy honestos. En
general, siempre pagan sus deudas a tiempo, no les gusta que les
inviten, dejan claro lo que esperan del otro y les gusta seguir las
normas (muchas veces hasta limites insospechados). Por supuesto,
ellos quieren que tu actúes de la misma manera; si lo haces, te
ganarás su confianza y entablarás una relación difícil de romper.
Ahora, eso sí, como por alguna circunstancia les falles, será casi
imposible que vuelvan a confiar en ti. A grandes rasgos, he explicado
algunas de las características básicas del pueblo australiano. Por
supuesto, hay excepciones y hay otros muchísimos más factores a
tener en cuenta, que quedan fuera del alcance de este humilde
artículo del blog, por su complejidad o porque simplemente yo no he
logrado conocerlos en mis 3 años de estancia en el país.
Resumiendo, para entablar una relación de amistad con un
Australiano, un español debe ser: comprensivo, disciplinado, honesto
y paciente. Quizás esta última característica es la que más puede
desquiciarnos al principio. Para hacer amigos Aussies, debemos
emplear tiempo. Yo recomiendo hacer quedadas con compañeros del trabajo,
con gente de la academia (profesores, staff, etc.), conocer gente por
Internet (fundamental: meetup y facebook) o hacer algún voluntariado
e involucrarse con el resto de voluntarios. ¡Buena suerte!